¿Te has encontrado alguna vez en la desagradable situación de tener que pagar algo y darte cuenta de que tus bolsillos están tan secos como el Sahara al mediodía?

¿Cuántas veces has sentido el vacío de tu cuenta corriente cuando más lo necesitabas?

Joder, Me ha pasado más veces de las que puedo contar.

Recuerdo una ocasión en la que me vi obligado a pagar 265 euros por un tratamiento dental de urgencia, mientras que solo tenía 6,20 euros en mi cuenta bancaria. Tuve que recurrir a mi padre para obtener ayuda económica, lo cual agradezco hasta el día de hoy.

Otra vez, mi fiel compañera de trabajo, mi laptop, dio sus últimos suspiros y necesitaba ser reemplazada urgentemente. Sin embargo, me encontré con la triste realidad de tener solo 23 euros en mi cuenta mientras que el costo ascendía a 335 euros. Una vez más, me vi en la penosa situación de tener que pedir prestado, esta vez a mí hermano pequeño.

Pero el punto de inflexión fue una avería en mi coche. No quiero entrar en detalles pero la sustitución de un filtro de partículas es caro. Caro de cojones. Y más para personas como yo que nunca ha tenido un colchón de ahorro para emergencias. En esta ocasión, tuve que recurrir a un crédito personal para salir de este desastre.

¿Cómo hubiera cambiado mi vida si hubiera tenido mi economía personal en orden?

Fue en estos momentos de apuro cuando comprendí que necesitaba cambiar mi enfoque hacia el dinero.

¿Cómo podía asegurarme de estar preparado para cualquier contratiempo financiero que se interpusiera en mi camino?

La respuesta estaba clara: ahorrar para tiempos difíciles.

Ya había intentado el ahorro antes, pero mis esfuerzos fueron tan efímeros como las hojas en otoño. Siempre sucumbía a la tentación y derrochaba mi dinero en ocio, viajes y otras pijadas.

¿Te has sentido atrapado en ese ciclo interminable de gastos?

Mi justificación era simple: todo lo que compraba contribuía a mi crecimiento personal y a mis experiencias. Pero en el fondo, sabía que vivía más allá de mis medios y eso no era sostenible a largo plazo.

¿Qué sacrificios estás dispuesto a hacer por tu estabilidad financiera?

Entonces, tuve una visión.

Decidí establecer un sistema de recompensas para mí mismo por cada mes que lograra ahorrar dinero. Cuanto más ahorraba, mayores eran las recompensas. Si acumulaba 100 euros, me permitía darme un capricho. Con 200 euros, podía adquirir una camiseta o una entrada al cine. Y si llegaba a los 300 euros o más, me daba otro capricho más costoso.

¿Qué te detiene para empezar a construir tu propio fondo de emergencia?

El sistema funcionó. Sentí la emoción de un niño en una juguetería cada vez que alcanzaba un pequeña meta ecónomica.

Créeme si te digo que se vive más tranquilo con algo de dinero ahorrado en tu cuenta bancaria. Joder, ya no tengo que vivir angustiado sobré cómo voy a salvar el final de mes o si va a venir un gasto inesperado.

¿Cuál será tu recompensa por cada euro que ahorres?

Han pasado seis meses y puedo decir que estoy en el camino correcto, la mayor parte del tiempo. Si alguna vez necesito retirar dinero de mi cuenta de ahorros, me aseguro de reponerlo lo antes posible.

¿Qué excusas te impiden dar el primer paso hacia tu seguridad financiera?

Así que me pregunto: ¿tú también ahorras para tiempos difíciles?

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